¡Bendita seas, Santa María, Reina de la Paz, madre y protectora de Marmolejo, por tu concepción inmaculada y por tu maternidad divina; bendita seas por tu santidad y poder de mediadora universal; bendita seas por tu piedad y misericordia!.
Tú nunca te olvides de que has sido levantada hasta el trono de Dios, no solo para tu gloria, sino también para nuestra salvación, no te olvides de que Dios te ha llevado al cielo en cuerpo y alma, para que así intercedas por nosotros pecadores.
Oye los ruegos de tus hijos que con tanta fe y amor te piden para que veles por ellos y así un día gocen junto a ti de la gloria de tu hijo divino.
Manda la PAZ sobre este mundo desvalido y sin aliento y crea en nosotros un corazón puro que sea capaz de amar al prójimo como solo tu sabes amar.
La iglesia celebra como cada año el día del domund, en este año de la fe, que va camino de su fin, se nos pide una reflexión clara y sencilla FE + CARIDAD = MISIÓN.
Que seria de nosotros sin esas tres palabras, sin FE no podemos trabajar, pero también es cierto que sin CARIDAD nada somos. La unión de ambas nos lleva a pensar en la MISIÓN, somos portadores de la palabra de Cristo en el mundo, somos el aliento de vida para el mas necesitado, pero lo mas importante, somos instrumentos de paz en esta sociedad.
San Julián, creyó en la misión como vía de evangelización y redención para los mas pobres, él supo decirle SI a Dios sin condiciones y la oración se convirtió en su pan de vida eterna.
Una oración que lleva la "misión" de humanizar y concienciar al mundo de los problemas actuales de la sociedad, así como alentarnos a luchar por un mundo mas justo. Una oración vacía no llega hasta el corazón de los demás.
Hoy queremos recordar aquella carta del apóstol S. Pablo a los cristianos de Corintio, una carta cargada de simbolismo y mensaje. Los cristianos de hoy debemos recapacitar sobre el verdadero sentido del amor, un amor que traspasa barreras sociales, idealismos políticos y cualquier convencionalismo. Un amor que debe nacer de lo mas profundo de nosotros y que debe ser transmitido a nuestro prójimo como verdaderos hermanos que somos en Cristo.
"Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregar mi cuerpo en llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada."
El amor todo lo cree, todo lo disculpa, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
Que San Julián y Nuestra Madre Santísima de la Paz nos ayuden a cultivar ese amor que Dios nos ha regalado y que somos portadores de él en el mundo.