Tú, que no conociste el pecado, tú que eres el arca de la nueva alianza, tú que nos diste la paz del mundo. Tú, María Santísima, escucha nuestras súplicas e intercede siempre por tus hijos de Marmolejo.
Eterna Madre de Paz, que cada mes de mayo bajas de tu altar para que podamos rezarte; ¡Bendita seas entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre!, María.