jueves, 10 de abril de 2014

DOLOR ET SPES

No existe dolor más grande que ver morir a un hijo. María, la siempre entera, asume la misión de Cristo en la tierra. Dios se hace hombre y muere en una cruz para la salvación de todos, siempre con un  mensaje claro y contundente, el AMOR.
No hay amor mas grande que el que entrega su vida por los demás, ya que sin amor nada somos. 

María permanece siempre al lado de su hijo para consolar su dolor, lo ve morir en la cruz pero lo recoge en su regazo al bajarlo del madero sin un ápice de rencor en su corazón. Por ello, recordaremos la profecía de Simeón: "¡y a ti una espada te atravesara el alma!-a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones".
                                    Virgen de la Soledad de Marmolejo

Madre del mayor dolor y traspaso, intercede siempre por tus hijos aquí en la tierra y enséñanos a seguir tu camino de verdad, siempre desde la caridad y el perdón.

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