El tiempo de adviento nos invita a una profunda reflexión y a una gran remodelación de nuestra vida cristiana. Cristo viene al mundo a dejar un mensaje de amor y esperanza, con él, muere el hombre viejo y nace el hombre nuevo. Debemos ser el fiel reflejo de su palabra y portadores siempre de su mensaje de AMOR.
Trabajemos el adviento con caridad y oración y busquemos nuestra función en el mundo. Sin caridad nada somos.
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