María, la madre de todos los cristianos, toma un papel primordial en la Cuaresma, como así lo tuvo durante toda la vida de su hijo. Ella, la siempre entera, permaneció al lado de Cristo en los momentos mas cruciales de su pasión, muerte y resurrección.
Simeón con su profecía "Y a ti una espada te atravesará el alma, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones" (Lc 2, 34-35), nos anuncia el sufrimiento de una madre que ve morir a su hijo para redención de todos los mortales. Con su muerte, muere el hombre viejo y nace el hombre nuevo.
María, modelo de Fe y madre de la Iglesia, es el símbolo vivo de la palabra de Dios, ella supo decir SI al evangelio de Cristo, supo romper barreras y ver en Dios el camino de la salvación.
Que esta Cuaresma, contemplemos a María como modelo de vida y sepamos decir SI a lo que Dios nos pide, siempre desde el amor y la caridad; porque sin CARIDAD nada somos
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