miércoles, 4 de junio de 2014

REGINA PACIS ORA PRO NOBIS

A las puertas de un nuevo Pentecostes, la liturgia nos pone de nuevo a María como figura central de nuestra fe. Ella, la siempre entera, es el símbolo vivo del mensaje de Cristo, el AMOR. 

Como nos ha dicho el Papa Francisco en sus últimas lecturas, la iglesia necesita de este evangelio nuevo de amor y caridad hacia los demás. Hemos apartado de nuestras vidas el verdadero sentido de ser cristiano y cofrade, estamos en un mundo que vive ajeno a la necesidad social que día a día se hace patente a nuestro alrededor.

Que este espíritu santo que se nos da, nos renueve como lenguas de fuego y nos convierta en verdaderos portadores de amor y caridad, porque sin caridad nada somos.

Madre Santísima de la Paz, Patrona y Alcaldesa perpetua de Marmolejo, protectora nuestra, acoge siempre a los que ante ti rezan con amor y fe e intercede ante tu hijo divino por tu pueblo. 

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