".....La caridad cristiana referida a la vida social y pública
enseña y obliga a respetar sinceramente la libertad de las personas, así como a
un no rechazo de aquellas que componen nuestra comunidad. “No estamos aquí para
juzgar, sino para servir”, esas fueron las palabras del Papa Francisco cuando
le preguntaron sobre los problema sociales en la actualidad.
En cada lugar y en cada época hay necesidades
diferentes. En cada momento son distintas las urgencias. En estos momentos de
la sociedad española y europea, la inmigración toma un papel primordial de
atención y ayuda de los cristianos. Y junto a los inmigrantes, los que no
tienen trabajo, los enfermos, los que están solos, los jóvenes que ven un
futuro incierto y convulso, los países inmersos en absurdas guerras en nombre
de Dios, los rechazados socialmente, ya sea por raza, condición sexual o simple
antojo nuestro, todos somos iguales ante Dios.
La práctica de la solidaridad y del amor fraterno en
nuestra vida, ha de ser un trabajo constante y en continua evolución. Como nos
dice el Pontífice constantemente, estamos aquí para hacer un mundo más justo e
igualitario para todos, donde la felicidad de los demás sea nuestra propia
felicidad, siempre motivados por el amor y llenos de caridad, porque sin
caridad nada somos."
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