viernes, 27 de marzo de 2015

DOLOR ET SPES

¡ y a ti María, una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones." Lucas 2, 33-35.
María, la siempre entera, asume la crueldad humana como un dolor esperanzador. Ella sabe que la muerte de su hijo no es el fin, sino la esperanza de una nueva vida, de un nuevo modo de vivir, de un hombre nuevo.

Por ello, por ser la nueva Eva, por ser la limpia y pura de alma, Dios nos la da como madre y modelo de entereza en la fe. Desde su dolor traspasado nosotros identificamos el traspaso particular diario de cada uno, un dolor que como ella debemos aprender a llevarlo con amor y sin odios. 

A las puertas del Triduo Pascual, aprendamos a sentir el dolor de los demás como propio, el sufrimiento humano es nuestro propio sentir cristiano. 

                                                                             Virgen de los Dolores, Marmolejo.

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